lunes, 8 de abril de 2024

§ 3.358. Bombarderos B-52 (Gordon Douglas, 1957)

 
El retrato de un hombre íntegro dedicado al ejército, a reparar aviones en concreto. Con una mujer y una hija guapísima, Natalie Wood, aunque el peso específico lo lleva Karl Malden, en uno de sus pocos papeles como protagonista. No se le queda pequeña la pantalla, ni mucho menos. Les acompaña Marsha Hunt y el qeu hace de guapo, Efrem Zimbalist Jr., que supongo hijo del gran músico de nombre tan célebre y hermano de la guapísima Stephanie Zimbalist.
Una trama sencilla, una animadversión y la necesidad de trabajar juntos en favor del proyecto de un nuevo avión. Interesante historia, un poco manida pero eficiente.
El sueño americano, la lucha por la vida, por abrirse un hueco para uno mismo sin renunciar a la vida propia que has tenido hasta ese momento. Un poco forzada por momentos, especialmente porque las discusiones con la hija parecen casi conyugales o matrimoniales. Pero es el espacio que se necesita para que brille otra estrella, la femenina, que es la hija del protagonista.
Papelazo de Malden. No sería la misma película sin él. Lleno de fuerza y energía, de emotividad. Realmente muy convincente. 
Muy eficaz la música, de Leonard Rosenman.
Douglas funciona. Es un buen director, eficiente, correcto, de la industria. Le faltan un par de grandes títulos para adornar un gran currículum. Solvente, capaz, eficiente. Un director interesante, del que tengo 17 películas de las 71 que dirigió.

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