domingo, 14 de abril de 2024

§ 3.364. Anatomía de un hospital (Arthur Hiller, 1971)

 

Una película muy de los años setenta... el tono, el color, el guión. Y, por supuestos, los actores, entre los que brilla con luz propia George C. Scott. Un actor tremendo, poderoso, firme en sus convicciones, capaz de soportar todo un metraje él sólo de manera estelar.
El retrato realista de un hospital, sus necesidades, sus preocupaciones, sus miserias. y sus pulsaciones desde la visión de un director totalmente fracasado en la vida (familiar y personal), con una mujer que le odia, y dos hijos que son dos verdaderos inútiles en la vida. 
Es un ensayo muy interesante, de un director al que le tenía por un 'televisivo' pero que he visto dos cosas recientes de él qeu me han cambiado la perspectiva sobre su capacidad creativa. La americanización de Emily y ésta. Ambas muy buenas. 
Lo singular del ensayo que propone es que la vida continua sigue, progresa... nada sucede, todo continua.
La confusión mental y física que experimenta el director del Hospital viene dada por varias razones, entre ellas el vacío existencial que provoca la combinación entre una edad avanzada, un alcoholismo crónico, y una infelicidad personal.
No me extrañaría que las escenas en las que se muestra borracho verdaderamente lo estaba. Típico actor del método. Además en la vida real era de esos tipos que bebían de verdad. La leyenda del santo bebedor. Uno de tantos.
Me ha gustado el tono de la cinta. Te suben en marcha a ella, no para, siempre ocurren cosas, pasas sucesos, a veces sin conexión entre ellas, muy al estilo de M.A.S.H. y aquellas cintas de los setenta que proponían la ruptura del ritmo narrativo. Ya no hay un comienzo, un desarrollo, más o menos frondoso, y un desenlace. Todo es desarrollo, todo es trama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

§ 3.382. Mujer sin pasado (Ronald Neame, 1964)

Tiene un formato clásico, tanto en la forma como en el fondo, en una cinta muy británica. Tanto en el lugar de desarrollo de la historia com...