Una de las primeras películas de un director de esos que se llaman de 'estudio'. Montador, ayudante, luego director, conoció el éxito y el fracaso, y se dedicó a la televisión. El demonio de las armas (1949) y Agente especial (1955) quizá sean sus mejores películas.
Ésta está poco definida. Parece un relato típico de terror, aunque tiene elementos del thriller. Un actor asociado a un género muy determinado, un metraje corto -62 minutos-, una escenografía barata -como corresponde a una auténtica película de serie B-, un guión previsible... y directa a ser la primera película en las sesiones dobles de los cines de medio mundo.
Un terror muy manido, tópico y previsible. Funciona a medias solamente. Se deja ver, pero no es especialmente buena.
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