No sé si llamarle 'neo-fantaterror', pues tiene aspectos del típico género de los setenta pero con guión y temática más actuales, con problemas de los noventa, y estética de los noventa.
Un José Coronado muy joven no funciona del todo mal, aunque nada que ver con el actor en el que se ha convertido, un verdadero grande de nuestro cine. Obviamente Fernando Guillén está espléndido, como siempre, lo cual no es una novedad, pero Lydia Bosch está poco afortunada. No da con la tecla en ningún momento. Me parece una actriz muy deficiente. Sin demasiado sentido ni emoción. Plana y rígida. En las escenas al lado de Fernando se la ve incluso más deficiente.
Emma Suárez y Amparo Muñoz también tienen su espacio y su momento. Ni bien, ni mal. En la linea de una actuación normal. Ni destaca, ni es anodina.
El guión parece original del propio director. No sé muy bien cómo ha llegado rodar una cinta de fantasía, de terror, de misterio. Le tenía por un director más trascendente, más 'serio', intelectual y propositivo. Y esta es una cinta claramente destinada al entretenimiento, al disfrute, nada relacionado con la reflexión que provocan otras películas suyas.
No tiene la gracia de las de Ossorio, Naschy o Carlos Aured, pero se puede ver. No creo que tuviera buena acogida, ni buena crítica, ni siquiera buen recorrido en taquilla. Además ha envejecido mal. Porque ni queda como un reducto del pasado, con esa estética de los setenta tan singular, ni es un producto nuevo que venga a rejuvenecer el género o a aportar algo verdaderamente rupturista o novedoso.
Se puede ver, si te gusta mucho ver películas de todas clases, pero no es una gran cinta. Tiene una estructura más cercana al Telefilm que a la película para pantalla grande.
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