Última película de un director que ruvo una carrera irregular. Comenzó fortísimo con Amenaza en la sombra (1973), continuó psicodélico con El hombre que cayó a la tierra (1976), para pasar a un buen thriller: Contratiempo (1980), un ensayo de lo más peculiar Eureka (1983) y luego con Insignificancia (1985), una especie de conversación entre Marilyn Monroy y el físico Albert Einstein. Entre medias alguna película que me falta, mucha televisión y varios cortometrajes.
La que toca hoy está bien, pero algo lenta y distante. fría y miedosa. Fatal de tono en algunos momentos y de sentido en otros, pero se puede ver, tiene interés y no funciona mal del todo, aunque en algunos momentos aburre y cansa, sobre todo porque tiene un metraje largo que no se justifica por lo que cuenta.
Sufre alguna indefinición, a veces quiere ser un cuento gótico, otras una novela fantástica, otras veces una historia de amor y de desengaño. Misterio y miedo, tradición oculta y brujería. Muchas cosas en la misma historia.
Pero, sobre todo, lo que me parece es innecesariamente larga.
Los actores, ni fu, ni fa. No destacan, aunque tampoco le dan a la historia la cobertura e intensidad necesaria.
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