martes, 27 de octubre de 2015

LITVAK, Anatole. Anastasia (1956)

Gran película, muy bien rodada, entretenida, lleva de fantasía, de emoción, de cine. Dos interpretaciones soberbias, realmente magníficas, llenas de matices, sobre todo la de Ingrid Bergman, gran mujer del cine. Tul más en su papel tópico, más en su clásica pose que en vez de actuar parece que es así.
La historia es muy interesante, una especie pigmalión moderno, probablemente basada en hechos reales, o imaginariamente reales, posibles, plausibles. No es de extrañar que la gente quisiera creer, sobre todo en el occidente europeo. Los Romanov fueron la última gran estirpe europea, los últimos de una élite singularmente privilegiada y su muerte tan lacerante quedará siempre como una iconografía del horror.
Creer que alguien sobrevive a una matanza Bolchevique en plena guerra civil por el poder de un país 50 veces España, con 10 millones de kilómetros cuadrados, más que posibilidad es fe. Es imposible sobrevivir a eso.

lunes, 26 de octubre de 2015

NOSSECK, Max. El estrangulador de Brighton (1945)

Una película interesante. Aunque, la verdad, es una temática más que conocida, y muy tratada por el cine. Tiene algo antiguo, porque lo es, pero también por la forma y la manera de presentar la problemática, los personajes, la trama, el desarrollo...
No es especialmente buena, pero puede verse. Un para mi desconocido Nosseck que me suena como guionista, pero a lo mejor estoy equivocado.
Ayer me comunicaron que Carlos Ponce había fallecido el sábado pasado. Me he quedado de piedra. No es que tuviéremos ya la relación que teníamos antes, pero, desde luego, puedo decir con orgullo que fue uno de mis mejores amigos, una persona cabal, sincera, muy amigo de sus amigos y con una sombra de pena y de tristeza que le acompañó toda su vida. No se por qué, pero tenía claro que su vida no era especialmente satisfactoria. Sufrió mucho, en ocasiones como todos por lo que la vida te presente, y en otras quizá por su forma de afrontar los problemas de la vida, los que tenemos todos.
Puede ser que en su caso estos fuesen de mayor calibre, es más que probable que fuese así. No se sabe lo que una persona puede aguantar de sufrimiento personal, pero Carlos Ponce llevaba lo suyo, con mayor dosis que los demás.
Estoy desolado, con una tristeza profunda que va más allá de las lágrimas o del sentimentalismo ñoño!!! 

viernes, 23 de octubre de 2015

COPPOLA, Francis Ford. Dementia 13 (1963)

Una mezcla de Polansky, Vadim y no sé muy bien quién.... rara, y un poquito de Roger Corman, que es el productor. No tiene un desarrollo que puede comentarse al hilo de su carrera, es más una isla que un mojón.
No es reconocible como una pelicua de Coppola.

jueves, 22 de octubre de 2015

HATHAWAY, Henry. Catorce horas (1951)

A mi me parece una película estupenda, magnífica, realmente muy lograda. Es verdad que tengo predilección por Hathaway, pero realmente creo que es un buen estudio sobre las relaciones entre un hijo y sus padres divorciados y los problemas que ello puede generar. No es un complejo de Edipo, es algo más relacionado con la dominación de la madre sobre todo lo que acontece en la vida de la familia, incluyendo al padre que se siente dominado y sólo encuentra salida a su problemas con la huida y el abandono.

miércoles, 21 de octubre de 2015

ALLEN, Woody. Manhattan (1979)

   Bueno, pues es lo que hay. Es la misma película de siempre. Siempre hace la misma cinta, juego más o menos divertido para colocar sus obsesiones y gracietas a través de un decorado y un lienzo de personajes. Todo gira alrededor del macho Alfa dominante que es él. Todo. Y al final parece que siempre estás viendo la misma cinta. En esta la singularidad es la ciudad, la belleza del paisaje urbano y la expresividad de la lucha por adaptarte a la ciudad como si fuera un ecosistema propio, configurado como un lugar sin desarrollo al margen de él. No se puede concebir vivir fuera e Manhattan.
     Los personajes se adaptan al medio como si fuera la sabana africana. En él desarrollan y construyen su vida con plena conciencia de que no son autónomos, sino meros subordinados de la ciudad monstruo, aunque no la perciban como tal, sino como el único lugar en que desarrollar su vida.
     La frivolidad de las relaciones humanas, de la vida en pareja, del sexo y de todo lo que tenga que ver con las relaciones humanas muestra hasta qué punto está sobrevalorado el cine de Allen. Siempre rueda la misma cinta, con los mismos problemas de psicoanalistas, de orgasmos nonatos, de borracheras de intelectualidad barata y falta de empatía con los problemas de la vida real. Siempre parte de personajes autosuficientes en el plano económico o laboral, al margen de las necesidades mundanas, que desarrollan actividades intelectuales de altos vuelos -sin decirnos qué ni dónde- y que intentan vivir su vida con los mismos parámetros con los que desarrollan su actividad laboral. La conclusión es evidente: un fracaso absoluto desde el punto de vista clásico. Por lo que a veces no se sabe si estamos ante una parodia, una fábula, un lineal retrato de una realidad o un experimento onírico.
     La verdad, siempre me ha parecido que el cine de Allen está sobrevalorado. Sobre todo por esa intelectualidad patria que aprecia como valor de su propia vida la complejidad y la complicación. Por decirlo de alguna manera el cine de Allen, al menos en este país gusta a quienes adoran a Bergman porque es 'lo que toca' y consideran que Ford es un facha, aunque no hayan visto, ni por supuesto entendido, qué quería decir con sus películas.

§ 3.556. El orgullo de los marines (Delmer Daves, 1954)

John Garfield y Eleanor Parker, una pareja absolutamente brillante, sobre todo ella. Él tiene una fisonomía más normal, unos cánones de bell...