Desnudos elegantes, morbo de baja intensidad, fotografía con clase, granulado singular en la pantalla, colores pastel, historia morbosa y una música repetitiva y aburrida hacen que la imaginación del espectador se desboque en una historia que no tiene nada de particular.
Es aburrida, pueril, excesivamente tediosa, pretendidamente inteligentes y soporífera. Es, en realidad, una auténtica, bobada.
Un guión más que simple, simplón. Y una organización al servicio de la fotografía que pretende que pasemos admirando durante toda la cinta.
Insoportable.
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