domingo, 22 de marzo de 2020

§ 1.862. Sangre caliente (Nicholas Ray 1956)

Por la temática puede ser considerada una rareza. Gitanos en Los Ángeles, comunidades raciales con sus costumbres y sus formas de ser, tópicos a espuertas.
Matrimonio de conveniencia entre dos miembros de dos familias, entre Jane Russell, y Cornel Wilde. Todo gira entorno al matrimonio de ellos dos, con el propósito de que el chico se centre, pues el Pater está enfermo y alguien tiene que continuar cuidando a la familia. Se pretende que se dedique a dar clases de baile.
En realidad la familia de ella pretende dar un golpe con la chica, vienen a engañar a la familia del chico. Cuando se vaya a celebrar la ceremonia la chica enfermará.
No se sostiene la cinta, más allá de la absoluta belleza de ella, y del razonable buen actor que es él.
No podía funcionar bien. Se deja ver, tiene un metraje civilizado y los números musicales están bien encajados. La sensación de la calle está muy lograda, la escena en la que él baila en la calle delante del productor es magnífica. Lógicamente el bailarín está doblado, no parece que Cornel pudiera bailar así de bien.
La belleza de Russell es animal, racial, totalmente biológica, nada sofisticada. No se basa en su atrezo, en la ropa, en las joyas, se basa en los huesos de su cara, de su cuerpo, en cómo se mueve, en la manera de sonreír...
No es, no hace falta decirlo, la mejor película de Ray. Ni siquiera parece que se lo tomara en serio. No es que sea indigna de él, pero, desde luego, podría haber hecho mejor película. Pretende ser una especie de musical, enlatado en una denuncia racial y social y, a la vez, una historia de amor, mostrando los tópicos de la comunidad gitana. No me ha gustado demasiado.

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