martes, 17 de marzo de 2020

§ 1.855. Dejad paso al mañana (Leo Mc Carey, 1937)

Intimista retrato sobre la vejez y sus dificultades. Sobre su encaje en una sociedad moderna, las dificultades con los hijos, la vida en la ciudad frente al campo.
¿Qué hacer con los padres cuando envejecen?, ¿dónde pueden vivir?, ¿qué ocurre cuando no pueden mantenerse por sí mismos, cuando son ya incapaces de organizar su propia vida propia?
1937, antes de la IIGM, mismos problemas que hoy en día. Nada ha cambiado, o muy poco, simplemente los problemas se enfocan de otra manera distinta.
Victor Moore, y Beulah Bondi en los papeles de ancianos lo bordan, directamente. Es enternecedor. Muy bonito, problemas a los que todos nos enfrentamos.
La trama es sencilla: "Un anciano matrimonio reúne a cuatro de sus hijos, ya independizados, para comunicarles que están arruinados y los van a desahuciar en un plazo muy breve. Los hijos deciden entonces repartirse a sus padres: uno se queda con la madre y el otro con el padre, lo que supone un duro golpe para los ancianos, ya que han vivido juntos toda la vida". (Filmaffinity)
Los personajes que rodean a los ancianos van modificando su perspectiva con respecto a ellos. Los propios hijos, dos chicos y dos chicas, sus cónyuges, los amigos de todos, el tendero, etc. Especialmente enternecedor es el papel del amigo tendero, que se da cuenta de la soledad que experimente el anciano marido. Es el eje sobre el que se construyen las relaciones entre todos los personajes.
Probablemente junto con Vivir (Akira Kurosawa, 1952) la mejor película que he visto sobre estos temas, aunque en esta sí es el motor central y en aquella es una consecuencia de la trama principal, que es la monotonía del trabajo, su reiteración, su sentido.
El fantasma de la residencia de ancianos sobrevuela el primer tercio del film, "debe ser un sitio horrible" dice el marido en una ocasión. Y quizá lo sea, efectivamente. Ahora que mi madre quiere vender la casa en donde vivimos lo he pensado en más de una ocasión. La mujer anciana también se siente abandonada cuando su envío a un establecimiento para mujeres mayores se plantea, al ver una carta que en enviada a casa de su hijo, donde vive ahora separada del marido.

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