domingo, 26 de noviembre de 2017

CURTIZ, Michael. La fuerza de las armas (1951)


En vez de en la primera guerra mundial en la segunda. Una adaptación libre de Adiós a las Armas, de Hemingway, con una pareja que prometía el éxito, William Holden, tan guapísimo como siempre, rudo pero caballeroso, varonil sin ser pesar, hombretón dulce, con una Nancy Olson casi infantil, guapa sin alaracas, que habían intervenido junto en año antes en el Crepúsculo de los Dioses, una de las películas más bellas de todos los tiempos.
Y no funcionó, o no al menos con en aquella. Se deja ver, pero la trama es tan conocida, la hemos visto tantas veces que nada te sorprende, todo es previsible, y no hay novedad significativa en la trama, más allá de que aquí la trama de la batalla es en la Segunda Guerra Mundial, en vez de en la primera, pero también es en Italia, en este caso cerca de Anzio, lugar mítico de la toma de Roma, y que, por cierto, tiene una película con este título, de guerra, claro, creo recordar que de Annakín.
En cualquier caso Holden está espléndido y Olson en su papel. Y Curtiz ya no repetiría más el éxito de 1944 con Casablanca. 
Nunca se llega del todo a saber cuál es la fórmula el éxito, por qué unas cintas sí triunfan categóricamente, y otras, mejor planteada a lo mejor, con actores más potentes, directores más empacosos, con más dinero para la producción, etc, fracasan estrepitosamente.
Esta no es una ni de las primeras ni de las segundas. Se deja ver y ya está. Además, para qué engañarnos, a mi todo lo que hizo Holden me atrae, como todo lo que hizo Lancaster o Brando. Tres actorazos...!!!

sábado, 25 de noviembre de 2017

WELLMAN, William A. Fuego en la nieve (1949)


Wellman es un director muy interesante, básicamente de aventuras, pero muy sólido. Muy realista, con una manera de narrar, al menos en esta cinta, que realmente te sitúa dentro de la escena, de la guerra.
Una forma cruda, directa, sin concesiones, pero sin violencia explícita, sin sangre. A la vez te deja indiferente pero comprometido. Más allá de la trama, que se explica poco y que quizá hubiera necesitado algo más de desarrollo, sobre todo para situar la batalla en el contexto de la guerra, su importancia, etc., se echa de menos un desarrollo más ordenado de la trama, con más pausa, menos rápido, menos espídico... Eso le restaría vitalidad, probablemente, pero la película hubiera envejecido mejor. No es un clásico de guerra probablemente por alguna de estas explicaciones, porque lo tiene todo: trama, acción, personajes, etc.
Un poco larga, por ponerle algún pero. Quizá le sobraba media hora, con noventa minutos bastaba.
Los actores muy reconocidos en su época, con el pelirrojo Van Johnson, para las películas de guerra, con Ricardo Montalvan a la cabeza.

viernes, 24 de noviembre de 2017

SEATON, George. 36 horas (1965)


Me ha gustado. Me parece buena interpretación de James Garner y Ro Taylor. También muy bien Eva Marie Saint, tan intensa como siempre...

jueves, 23 de noviembre de 2017

SCOTT, Ridley. Prometheus (2012)


No entiendo muy bien qué quiere hacer Scott. Sinceramente, no fue ni sombra de quien fue. Un clarísimo Director candidato a ser un grandísimo director, uno de los grandes, con un inicio en su filmografía impresionante: Los Duellistas, Alien y Blade Runner... casi nada. Pero estos últimos años no son tan brillantes. Es más, se editan sus obras porque su nombre vende. 
No sé cómo se puede decir que esta película es una obra maestra. Sinceramente. Tiene cosas bonitas, claro. Las imágenes del comienzo son muy espectaculares, realmente no sabes si son reales o creadas por ordenador. Los actores, especialmente Fassbender, que le da un toque singular a su representación de un autómata. Pero el guión es muy intrigado, muy sinuoso. Tardas bastante en comprender el propósito de la misión, además si quiere ser una precuela de Alien debería haberse intrincado mejor con aquella. A veces no sabes qué quiere decir, para qué nos muestra a los hombres de ese planeta, y hay algunos aspectos que no se entienden, los recipientes que exudan un líquido y no sé sabe qué es, ni te lo puedes imaginar... Y luego el bichito, de dónde sale el bichito, es creado por esa civilización para hacerla llegar a la tierra para extinguirla, o se ha creado por generación espontánea.
El escaso de efectos especiales, de planos rapidísimos, de cambios de cámara, el despliegue de recurso técnicos es inmenso, pero el cine es otra cosa, a mi juicio. Es Barbara Stanwich conteniendo el aliento detrás de una puerta abierta que sostiene Fred Mc Murray cuando habla con su jefe sobre el soborno que se viene en Perdición.
A diferencia de la original de la que pretende inaugurar una saga ésa es monstruosamente apabullante en recursos, métodos, montaje, efectos especiales, pero le falta lo esencial...
No se puede ni comparar.

§ 3.384. El último héroe americano (Lamont Johnson, 1973)

  Tercera película que veo del director, después de Los que saben morir (1970) y El gran duelo (1970). No tiene muchas más cintas en pantall...