Magnífica película, estupendo guión, gran interpretación del estupendo actor Richard Widmark, estupendísimo actor... Toda una relación onírica de esta película con la de Zinneman: solo ante el peligro, esta también excelente película... En realidad parece una copia de aquella pero con diferente final y diferente estructura temática. En este al final muero el Sheriff, seguramente porque era su destino, nada mágico sucede, las miserias humanas gobiernan la vida de las gentes... La historia es sencilla, un Sheriff de los de toda la vida, ligero de gatillo y poco dado a hacer la pelota a los que mandan (gran error, según quién dice qué) es considerado un peligro por la nueva corporación municipal... Él no quiere irse, no quiere esencialmente por dos razones: le ofrecieron el puesto por todo el tiempo que quisiese y cree que su ley del revolver es justa, sirve para lo que sirve y cumple con su función.
Además vive enamorado de una mujer con la que se casa antes de morir...
La corporación quiere otras cosas... otras cosas de otras cosas... intentan que abandone, pero resiste. Es su ley, la honestidad, la valía, el arraigo...