Me quedaban por ver dos de Scott, ésta, Legent de 1985, la nueva de Napoleón, y de Gladiator II, que es muy reciente. Todas las demás las tengo y las he visto, algunas varias veces. En realidad tres o cuatro varias veces.
Tras un comienzo fulgurante, con verdaderas obras de arte de todos los tiempos.
Ésta es entretenida, se deja ver, pero está lejos de la buenas de Scott. Tiene su gracia, pero, como casi todas las cintas de este siglo, me parece muy larga. Con 90 minutos hubiera bastado. No sé muy bien cuál es la manía, y por qué, de alargar las películas más allá de los razonable. Supongo que una vez que tienes el material es difícil cortar, una vez rodadas las escenas no es fácil desechar material.
La idea de someter a un ladrón neurótico a las desavenencias de la vida ordinaria es interesante. Un obsesivo del orden y de la limpieza que roba y estafa para ganarse la vida. Solitario y ordenado hasta la extenuación.
Intenta ser una especie de comedia, de las clásicas modernas que someten a personajes peculiares a las clásicas tensiones de las comedias de situación.
El resultado es desigual. Me ha gustado, pero con algo de esfuerzo. No me provoca la naturalidad de las películas que me gustan. Es cierto que la comedia no es mi género, pero hay que ver de todo. Además si no ves de todo lo que ocurre es que deja de gustarte lo que te gusta.
La música de Frank Sinatra está muy bien escogida, suena perfecta y verdaderamente continua emocionando. Además murió el año de la película. Es de suponer que cuando se rodaba y montaba seguía vivo.
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