martes, 28 de enero de 2025

§ 3.668. El evangelio según San Mateo (Pier Paolo Pasolini, 1964)

Siempre he escuchado, e incluso leído, que esta películas es una de las bíblicas más importantes. En una personalidad -director, actor, crítico, ensayista, dramaturgo, polemista, etc.- tan poliédrica y controvertida se han difícil de creer. Además de ateo y comunista, era profundamente combativo con las tradiciones, con el stratus quo, con la política como institución, y me atrevo a decir que incluso con la iglesia oficial.
Y, sin embargo, se desmarca con esta auténtica maravilla. Respetuosa, tradicional, sensible, delicada, fiel -al parecer, no he leído el evangelio y no puedo opinar con criterio propio, aunque me fío de las opiniones de los entendidos que así lo afirman- el texto bíblico y, desde luego, tremendamente vitalista, optimista, moralista y verdaderamente cristiana. 
Los episodios y circunstancias de la vida de Jesús están contados con sencillez, sin artificios, sin recurrir a técnicas complicadas, planos o encuadres artificiosos. Su regocijo en las caras, en los rostros, en la humanidad de los seres nos acerca a una historia personal, individual, de la persona de Jesús, no de su mensaje. No es exactamente así. El mensaje llega desde la humanidad de sus personajes y participantes del discurso.
La música es de Luis Bacalov, con pasajes de la Pasión Según San Mateo de Bach, naturalmente, siempre en los momentos estelares, los que marcan el comienzo de episodios trascendentes.  Aporta, además, algunos cantos de espirituales negros, música de iglesia claramente, que dotan a la parte musical de una intemporalidad misteriosa. No se hace raro oír un órgano de Bach y luego una (de mujer negra) voz salmodiando un canto. 
Mención aparte merece Enrique Irazoqui, el Jesús de la película. Esta era su primera película, y sin duda la más célebre. Sólo hizo cuarto más y un par de documentales. Supongo que no tenía interés por el cine. Él es Jesús. Punto. Es la imagen canónica de quien fue Jesús. Más pequeño, menudo y feo que la imagen idealizada que se representa de él en el arte tradicional.
Tremendamente respetuosa, no se le aprecia una sombre de crítica, una imagen que deteriore el mensaje de Jesús. Es un fiel retrato de la tradición bíblica. Al pie de la letra. Los milagros son incluso prestados como algo natural, normal, lo que la gracia de un ser divino hacía porque lo hacía. Sin más. Sin mérito.
Seguramente Pasolini quería creer y no pudo. O no tuvo la fe, o su razón no le llevó a la dicha de la fe, o sencillamente renegaba de ella por motivos diferentes a los espirituales. Probablemente su pulsión sexual le alejaba del discurso. Pero la cinta puede verse como un ensayo del propio director para querer creer.
Se suele decir que presenta el pasaje bíblico desde un punto de vista Marxista. No me lo ha parecido. Sencillamente, es que el mensaje de Jesús tiene muchas concomitancias con el mensaje que tradicionalmente se ha extraído de la teoría marxista. Pero únicamente cuando se lee a Marx desde el buenísimo bienintencionados. El Marxismo es, antes que otra cosa, un mensaje económico. Y aquí no hay nada de eso.
Cuando Jesús platica en la película no escatima aspectos característicos de la religión católica. Al fin y al cabo, Jesús era un revolucionario. Alguien que se levantó con otra el poder establecido. Todo un líder de la revolución, religiosa y piadosa en su caso, pero revolución al fin y al cabo.

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§ 3.675. Cartas boca arriba (Jesus Franco, 1966)

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