Una de las primeras de De Palma y ya exponía claramente cuáles eran sus pretensiones, claramente hitchcockianas. Un cine muy influido, no sólo esta película, por los traumas, por los miedos y con la creación de una tensión creciente que va en aumento poco a poco hasta el climax final, generalmente traumático, en donde se proyectan todos los miedos y se resuelven las dudas y angustias.
Desde un punto de vista técnico no sabría apreciar si también es un gran seguidor del maestro inglés. Desde luego sí en el empleo de la música, elemento conductor de emociones y situaciones, que sirve de cortina para cambiar de escenas y de puente entre planos. Algunos planos cenitales, el intercambio de escenarios de forma rápida, paz en unos y creciente perturbación en otros contribuye a dar esa sensación de inestabilidad emocional. El empleo de dos pantallas a la vez, contando dos cosas diferentes a la vez, como si fueran dos visiones de la misma realidad también lo atribuyo a Hitchcock, aunque quizá no haya sido ni el primero ni el director que con más intensidad ha utilizado esa técnica.
En todo caso, intentar copiar al maestro es todo un reto que sabe manejar de manera ortodoxa y solvente. Bien por él. Sólo he reconocido una copia del estilo de Hitchcock tan clara en la cinta de Mark Robson "El premio" (1963), que, verdaderamente, bien pudiera ser de él.
El guión es bueno, los diálogos interesantes y aunque no es una gran obra me ha agradado mucho
Con De Palma todo el metraje es trascendente, y, sin embargo, con Hitchcock a veces introduce un todo ligero, unos planos o unas escenas que hacen que refresques la intensidad, que no sea todo tan sumamente dramático, grueso, severo. Esa tonalidad a la vez superficial y profunda no la consigue De Palma, en donde todo es profundo y totalmente intenso, abrumador y, por eso, a veces cansino.
Es interesante, se deja ver y se recordará.
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