miércoles, 7 de diciembre de 2022

§ 2.857. Inocentes con manos sucias (Claude Chabrol, 1975)

Como (casi) todo Chabrol más que una película es un ensayo fílmico. No es una narración al uso. Se emplean los códigos del cine para exponer un conflicto, una verdad, un propósito. En este caso el deseo, la pasión y el homicidio.
Una bellísima Romy Schneider es el principal reclamo de la cinta, joven como siempre fue, a veces semidesnuda (no sé hasta qué punto en aquella época estaba ya harta de sí misma), un maduro pero siempre en su punto Rod Steiger, y un para mi desconocido François Maistre (el comisario) son los protagonistas de la historia. También interviene Juan Rochefort, que es el abogado de la familia.
Me llama la atención que los dos policías siempre van juntos, se ríen a la vez, caminan conjuntamente, parecen interrogar a la mujer a la vez. No sé qué quiere decirme el director con eso.
No se comprende bien la frialdad de la esposa ante los interrogatorios. Hay algo artificioso en ello. Carece de emoción, de vitalidad. No es un comportamiento muy normal. Pero es un poco la tónica de todas las personalidades de sus películas. Las recuerdo siempre artificiales, artificiosas, desusadas, nada naturales.
Me ha gustado mucho la colección de trajes que pasea, con singular garbo, Schneider. No creo que escondan un código o que pretendan decirnos algo. Son trajes normales, pero preciosos. Sin atrezos, sin colores llamativos, sobrios y entallados.
La cinta es lenta, cadenciosa, pero por momentos se hace larga, excesiva. Para 120 minutos tienes que tener muy claras las cosas, y muchas cosas por contar, o saber contarlas muy bien. Nada de eso suele ocurrir con las cintas de Chabrol. Y esta no es una excepción. Ha visto varias suyas y siempre tengo la sensación de estar en presencia de un director peculiar, interesante pero como que se queda a medio camino. Fue, además, un hombre tremendamente prolífico. Hizo muchísimas películas.
Es una cinta interesante, un thriller psicológico, frío y distante, pero eficaz, aunque un poco largo. Sigo sin entrar del todo en Chabrol.

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