Drama judicial de buenos propósitos pero de resultado moderado. Con aíres "setenteros": nuevas ideas en las profesiones y oficios, libertades nuevas (de creación, de imagen, vestimenta, sexuales...) y también nuevos aires en el ejercicio de las profesiones, también de la abogacía.
Un buen Al Pacino, joven y con ganas da vida a un abogado con un punto idealista propio de aquellos años que se enfrenta a la defensa de un magistrado que en su vida se ha comportado con una estricta aplicación de la ley, incluso en supuestos fronterizos o límites.
Es cierto que parece un poco liosa a veces, demasiado 'simplona' otras, pero se deja ver. Me ha gustado ver a Lee Strasberg (en su última película para la pantalla grande, luego hizo varias cosas para la televisión), y a Jack Warden.
También muy interesante John Forsythe, varonil y con una apostura de la época: alto, con bigote, muy bien vestido.
Jewison es un director más que correcto, interesante y con buenas cosas. Tiene ese punto comercial que gusta a la industria. A veces con calidad y buen resultado, y otra no tanto, como pasa en ésta. Que no llega despuntar del todo. Además le sobre metraje.
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