Un duelo actoral entre Robert Shaw y Malcolm McDowell en una cinta continuadora del género de las de escape -- y de alguna manera precursora de otras de temática similar como "Papillon" (Franklin J. Schaffner, 1973) e incluso otras similares en cuanto a la tensión fílmica entre dos actores a lo largo de toda la cinta como "La huella" (Joseph L. Mankiewicz, 1972).
La ieda del director es interesante, Losey siempre plantea cosas muy interesante, y el desarrollo de la historia avanza con calma pero en una directriz demasiado intelectual para el escenario que plantea.
No se narran las peripecias de dos evadidos (no se sabe de dónde) sino que es un estudio detallado de la evasión en sí misma. En 'Un condenado a muerte se ha escapado (Robert Bresson, 1956) la temática es la huida, aquí es la evasión. Son conceptos distintos. En esta cinta la evasión no se sabe si es razonable o no, justa o injusta, ni qué habían hecho los evadidos para estar sometidos. En la de Bresson es evidente que te posicionas desde el primer minuto con el preso que plantea y organiza su fuga del presidio.
Aquí no sabes qué ha ocurrido, ni por qué. Situándote en la angustia vital que siente el evadido. Allí analizas la esperanza de la fuga, aquí la violencia de la evasión. Dos planteamientos distintos.
Llega por momentos a ser verdaderamente claustrofóbica, sobre todo porque no conoces más detalles que los de la propia evasión, ni te ha mostrado el director más información sobre los evadidos, su pasado o sus delitos.
Desde luego son dos arquetipos diferentes de seres humanos. Uno duro y curtido en mil batallas y otro menos relacionado con la violencia pero que asume -con desgana- la necesidad de combatir. Por momentos me recuerda, sobre todo cuando correr por el campo, a la sensación que se tiene viendo "Intemperie" (Benito Zambrano, 2019): la intensidad en la persecución, el agobio que se siente al no tener un momento de respiro...
El resultado final es más que interesante. No me parece una cinta tan alejada de los propósitos de Losey. La dominación, que puede catalogarse como una de sus constantes, encuentra una derivación en esta cinta.
Me ha gustado. No es de lo mejor de Losey, que para mi siguen siendo La clave del enigma (1959) y El sirviente (1963), pero me ha gustado.
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