Mítica cinta de ciencia ficción que no parece haber envejecido nada mal. Un mundo idílico al servicio de las vacaciones de los más pudientes: ir de vacaciones al salvaje Oeste. Una idea en sí misma delirante, pero que da muchísimo juego al guión y al discurso cinematográfico.
Es una auténtica vacilada de cinta, con una imaginación prodigiosa y anticipándose muchos años a Matrix y otras cintas futuristas como "Cuando es destino nos alcance", de Fleischer.
Es un entretenimiento más que divertido, que además permite reflexionar sobre algunas cosas: la realidad que nos vende el mundo consumista, los límites de la realidad y del entretenimiento y la diferencia entre el bien y el mal, que es, probablemente, el tema de nuestro tiempo.
Me ha gustado Yul Brynner, en un papel difícil para todo un vaquero, para un hombre de raza siempre especializado en papeles de hombre viril, duro y con un marcado carácter. A Richard Benjamin no lo tengo por un actor conocido, aunque sí tiene una buena cantidad de cintas y no le ha faltado trabajo. Mejor James Brolin, con una apostura y una guapura 'reventona' descomunal. Tenía que ser un hombre muy guapo, muy apuesto.
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