lunes, 24 de abril de 2023

§ 3.020. Punto de ruptura (Michael Curtiz, 1950)

 

"Tener y no tener" en versión Curtiz. Algo diferente a la de Hawks, menos sensual, más terrenal, más apegada a la miseria de la vida y las circunstancias del capitán del barco. Menos idealista, más mundana. La historia conoce una tercera versión, de Don Siegel de 1958 llamada Balas de contrabando.
Se ve algo más forzada en el desarrollo de la trama, con menos acento en la historia de amor y más en las circunstancias económicas y sociales del marinero y los problemas económicos que tiene. Es una cinta más de cine negro que la versión clásica, más dura y más seca. Y menos optimista.
John Garfield no le va a la zaga ni siquiera al mismísimo Bogart. Como icono de cine negro hizo tantas películas como él, quizá menos célebres, y probablemente con menos impacto social, pero es un actor tremendo. Desde luego el papel de capitán lo encaja mejor que el propio Bogart, que sí es cierto que le da un aire más soñador, más idealista. Garfield parece que actuara con arena en la boca, sientes su angustia por los problemas.
Patricia Neal es una de mis debilidades, actriz fina, alejada de los 'mujerones' tremendos de los años cincuenta de exuberante pecho, cintura de avispa y exhalando sexo en vez de sudor.
Juano Hernández hace un papel que le va como anillo al dedo. Un actor al que se le en más películas de las que parece.
La película es muy interesante, buena y con profundidad. El guión no se aparta de la guía principal del relato de Hemingway, pero acentúa más los aspectos mafiosos de la historia. La de Hawks ponía el acento en la historia de amor, aquí algo diluida, incluso desde el principio con la presentación de la mujer y las hijas del capitán del barco.

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