Graciosa propuesta de ciencia ficción que vista desde las técnicas actuales de efectos especiales se revela muy pobre. Pero hay que entender el contexto de producción de la cinta y el chaché del director, un hombre maldito en un Hollywood que ya había exprimido a conciencia todo el potencial de creatividad de los cineastas europeos llegados a la tierra de promisión que era la california de la época.
Desconozco si Ulmer había leído algo de la teoría de la relatividad, o si tenía conocimientos de física, pero lo que pretende en la historia que cuenta es algo que tiene que ver con estas cosas. Al menos a mi -profano absoluto en la materia- así me lo parece: la alteración de las coordinadas del tiempo y del espacio a través de la velocidad.
La película es simpática, se deja ver y puede servir de complemento para ver otras cosas. Tiene su gracia. No sé si interpretarlo como una parodia de la guerra nuclear, o más sencillamente, como una historia del futuro. No creo que el Director reivindicase una postura ideológica o política. Sencillamente adaptaba una historia a la pantalla.
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