Capa y espada, de los más clásico del cine. Con un Robert Taylor en el cenit de su carrera, una Kay Kendall más que admirable en su proceder, unos escenarios naturales y decorados muy bien pertrechados, una música excelente, un guión decente y un resultado muy entretenido.
El enredo también es amoroso. Un príncipe Escocés encarga a su sobrino que lleve su retrato a una joven Condesa de Borgoña con la que pretende contraer matrimonio. Ella no quiere un compromiso de esas características con un señor tan mayor y escapa cuando le van a presentar al sobrino en una fiesta.
Entretenida, sin más. No es una de las mejores del género, en donde hay verdadera obras de arte.
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