domingo, 26 de abril de 2020

§ 1.910. Europa 51 (Roberto Rossellini, 1952)


   Otra de Bergman y Rossellini, a mayor gloria de la actriz.
   Los problemas de la clase alta estadounidense que vive en una italiana de postguerra. Reflexiones sobre la vida, sobre el amor fraternal, sobre la salud mental y la pasión por los hijos.
   El suicidio de un niño, la evolución de la madre que sintiéndose culpable se vuelca en ayudar a los más necesitados. La izquierda caviar en su versión más chic.    
    Los padres preparando una cena desatienden al hijo que se cae por unas escaleras, falleciendo.
Ingrid Bergman, y Alexander Knox son los padres, al que se suma un periodista (Andrea) de tendencia comunista que la protege tras el accidente y la involucra en el ideario comunista.
   Es, desde luego, un estudio sobre la izquierda y sus valores, de cómo se puede ser comunista siendo rico y cómo dejar de tener complejo por ello. La medicina que necesita el niño pobre es suministrada por ella. De una manera u otra intenta salvar con ello su conciencia. Filmada en los barrios más pobres de Roma pretende mostrar la realidad más sucia de una ciudad abandonada y  dunas clases nada privilegiadas. El contraste con el mundo de donde ella procede es demoledor para su propia conciencia. Ver otro mundo la hace comprender el verdadero valor de la vida y del papel que los humanos deben jugar en el mundo. Aunque la idea fuerza es interesante el paso del tiempo la machaca. Su buenísimo es enternecedor. "Conciencia" le dice el periodista a ella cuando va tomando conciencia de la nueva realidad social que aprecia. El internamiento en un manicomio por parte del marido por ser comunistas es el epítome de toda esta historia, y hasta cierto punto nos conecta con la idea eugenésica de Vallejo Nájera con respecto a que el comunismo es una idea pervertida y que tiene una raíz mental.
  Producción de lujo a cargo de Carlo Ponti y Dino De Laurentiis.
   Me parece una interpretación extraordinaria de Ingrid, soberbia, contenida y expresiva. Rossellini tenía que ser un hombre complicado, retorcido. Hacer interpretar a Ingrid en este papel de madre que abandona a su hijo, reproduciendo parte de la vida real de ella, acusada de abandonar a su prole para vivir una historia de amor adúltera.
   Tengo la sensación de haber visto a Alexander Knox en muchas más películas de las que recuerdo. Me parece un buena actor, capas de llenar por sí mismo la pantalla. Seguramente no tuvo un gran éxito que sustentara su vida en el mercado del celuloide.
   Para el personaje de Irene, Rossellini se inspiró en la figura de Simone Weil, política francesa, superviviente del Holocausto y ministra de sanidad que despenalizó el aborto en Francia, siendo la primera mujer en presidir el Parlamento Europeo desde 1979 hasta 1982.

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