lunes, 24 de julio de 2017

LUDWIG, Edward. El último Gánster (1937)


Está rodada hace 80 años, que no es poco. Y, la verdad, me parece muy actual. No solo por el ritmo y la dinámica de la misma, sino, sobre todo, porque es creadora de una género, en sí misma. Después de ésta, sobre todo en las versiones carcelarias, muchas películas siguen su estela.

sábado, 22 de julio de 2017

SCOTT, Ridley. Robin Hood (2010)


Pues me ha parecido estupenda... Lo tiene todo, épica, caballos, guerra, amor, un cierto contenido moral, una revisión propia de un clásico, en que el director no se limita a calcar las escenas y las tomas de la versión canónica¡¡¡

viernes, 21 de julio de 2017

HUSTON, John. Sólo Dios lo sabe (1957)


La tenía manía, no sé por qué, pero no me gustaba. La compré hace relativamente poco, y al ver la portada, la carátula, cambié de opinión. La verdad, era un prejuicio totalmente infundado. Es difícil que con Mitchum y Kerr la cosa no funcionase.
La historia es preciosa, y además te recuerda, bastante además, a La Reina de África, de la que no es exactamente una revisión, pero desde luego se inspira en ella.
Tiene de todo, a mi juicio. Un guión magnífico, un tempo, un ritmo, una cadencia muy apropiada. El contraste entre un soldado y un monja tiene, a veces, un punto cómico, pero en otros se muestra una contradicción que muestra la dificultad de esa futura relación.
Me ha parecido una gran película.

jueves, 20 de julio de 2017

miércoles, 19 de julio de 2017

FORD, John. Tres padrinos (1948)


Qué bonito es Ford cuando es Ford y no pretende ser otra cosa que Ford. Esta es una de Ford de verdad. No como Un crimen por hora, que la verdad no me gustó nada, nada de nada.
Pero esta es cosa distinta. Auténticamente reveladora. Un cuento de Navidad en toda regla. Una película de Frank Capra pasada por el tamiz de Ford, en su escenario favorito, el Oeste, y con su actor fetiche, John Wayne. Con otro actor, Pedro Armendariz que es magnífico. Y un Harry Carey Jr también muy bueno. Además está lleno de sus secundarios más característicos, los de siempre en sus películas, el de la mecedora, la mujer que da a luz... el Sheriff. En definitiva, una más de Ford en su industria, en su propio imaginario personal e individual, pero de una alegría visual, de una potencia emocional realmente muy importante.
Es la redención por el nacimiento de un niño. A veces Ford utiliza como espoleta otros acontecimientos de la vida diario. La derrota ante los indios en Ford Apache, por ejemplo. Acontecimientos de la vida como la caída por la escalera en Escrito en el cielo. O en Cuna de Héroes.
En este caso es claro que los ladrones, no demasiado malotes, ven el acontecimiento del nacimiento del niño como una oportunidad única para rehacer sus vidas, para darse una nueva oportunidad, de hacer las cosas bien, de no caer en los mismos errores. Y funciona. Sale bien. La emocionalidad funciona, también para hombres rudos y duros.
Siempre pensé que la cinta era en blanco y negro, pero no, es en color. Me ha gustado mucho Pedro Armendariz, actor muy conocido en su época, supongo que encasillado en papeles de mexicano, que cubría ese hueco tan típico que siempre hay que cubrir en la industria para actores mexicanos que faciliten el tirón en la taquilla en el mercado hispano.
Siempre acabo llorando con las películas de Ford. No sé qué tienen pero la verdad, siempre tengo la lágrima en el ojo. 

§ 3.376. El relojero de Saint-Paul (Bertrand Tavernier, 1973)

  Debut cinematográfico de Tavernier, después de dos cosas en colaboración con varios directores. Novela de George Simenon. Intriga, remordi...