Terror británico a cargo de la Hammer, por un director estadounidense exiliado en Inglaterra porque era perseguido por sus ideas políticas en su patria (EE.UU.).
Un director peculiar, que siempre me ha atraído.
La historia funciona a medias.más que nada porque vista en su conjunto parece que le falta metraje. La presentación de los personajes se extiende hasta la media hora, para proponer el problema, el asunto principal, en ese momento. Es cierto que tienes algunas escenas que te puedan dar alguna pista, pero muy sutiles.
El repaso que le da la cinta a la educación ortodoxa es tremendo. La excusa de los niños educados desde la excelencia para un propósito determinado (generalmente político o ideológico) funciona. Son tiempos de contestación social, de crítica al Estado, de nacimiento de nuevas ideas y perspectivas sobre la vida, lo público, el poder, etc.
Muy interesante es la influencia que en la oscuridad de la trama aportan las esculturas modernas que aparecen en cada momento. Es como el lado oscuro de la realidad, que de por sí es oscura.
Puede ser catalogada como una cinta de Serie B (por el productor, el metraje, los medios, la producción, presupuestos, etc.), en su versión de paranoia nuclear, pero, en realidad, es más una cinta social, con la exposición de circunstancias sociales: los nini de nuevo cuño, la liberación sexual, las nuevas feminidades, etc. El metraje que ocupa la parte de terror no es mayoritario en la cinta.
Me gusta por varias razones. Me gusta Losey, un director siempre sugerente, me gusta las películas británicas de serie B, me gusta la Hammer y la copia está rodada en un blanco y negro precioso que se ve perfectamente y se escucha realmente bien.
Indudablemente tiene algo de Orwell, y algo de Pink Floyd, algo de control social y experimento humano. La hipótesis es descabellada, pero funciona en la lógica de la trama.
Y, sobre todo ello planea una pregunta principal -¿Para qué están los niños en esa especie de reclusión instructiva?- y varias secundarias: ¿Cuál es el propósito de dicha educación?, ¿Qué obtiene el poder con ello?, ¿Con qué propósito se han recluido a los niños en la isla?, ¿Por qué los niños siempre están fríos?, ¿Por qué tienen poderes difíciles de explicar?
Preguntas, éstas y otras posibles, que nos sitúan ante otros escenarios, éste sí verdaderamente aterrador.
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