Una historia excelente. Una dirección delicada, estilizada, elegante, firme sin ser agresiva.
Un tono perfecto para la temática que expone.
Una reflexión sobre la profesional, sobre las últimas oportunidades, sobre la capacidad para automotivarse con un objetivo nuevo.
El miedo al fracaso, el pánico escénico, el síndrome del impostor.
Me ha gustado mucho el casting. Patrick Stewart lo borda, absolutamente. Es magistral.
Katie Holmes siempre la he tenido por "ñoña", como una actriz del momento, poco consistente y algo frágil. Pero nada de eso. Aquí tiene una fuerza insospechada.
Y el tercer pilar es Giancarlo Esposito, que también da con el tono perfectamente.
Me ha gustado el tono tranquilo, suave, sereno. La falta de histerismo, de energía desbocaba, no debe suponer falta de interés. Antes al contrario. Es un interés distinto, pausado.
Primera película que veo de su director, que es su ópera prima y su única película, por ahora espero.
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