El director pretende algo difícil, difícil de verdad, entroncar una persecución policial dentro de un estadio donde se está celebrando un concierto de una celebridad pop. El recinto lleno de niños, policías en las puertas, etc.
Ya he visto alguna similar en estadio de Futbol americano, creo recordar que de Gordon Douglas (aunque quizá mi recuerdo me traicione), y aunque era entretenida no la recuerdo como especialmente buena.
Es interesante, algo forzada en el guión, pero no quedaba otro remedio, como fácilmente pueden comprenderse.
Funciona a medias, pero es demasiado larga. Le cuesta concluir la historia. De 90 a 105 minutos sólo hay 15 minutos. Pero es la diferencia entre una cinta con ritmo, de una que pierde algo de sentido y razón por su duración. Pero esto es un parámetro mío, que quizá no se comparta. Las películas actuales son, a mi juicio, demasiado largas.
Un director que tuvo un éxito verdaderamente impresionante con El sexto sentido (1999) y nunca más ha vuelto a repetir un éxito de crítica y público tan formidable. Fue una verdadera conmoción.
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