Una del Oeste, basica, de Boetticher, con un siempre atinado Randolph Scott y una guapísima Virginia Mayo.
Un tema más o menos de siempre. Colorida, bien narrada, estupendamente concretada y con los cánones, tópicos y clichés del género. No es de lo mejor de Boetticher, un director consumado experto en el Oeste y sus tramas.
Lo bonito de las películas del Oeste es que... te las llegas a creer.
A esta película le falta un "malo malísimo" para funcionar, y quizá algo más de metraje. Parece un producto directamente dirigido a la segunda película de los cines de barrio, antes del éxito, que generalmente duraba más y era, más o menos, igual de buena o mala.
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