Franco tiene cosas buenas, mediocres, malas e infames. Este película pertenece a la última categoría. Tiene el interés, indudable, de ver Copacabana, los edificios, la playa, las gentes, los colores, los hoteles, etc. Peo poco más. Es una auténtica estupidez. Una trama de los más mediocre, que sirve como excusa para que funcione la máquina de picar carne, es decir, chicas medio desnudas con poses sugerentes en un poro soft que visto desde el primer cuarto del Siglo XXI causa un poco de risa, cuando no pena.
Lina Roman, como siempre, unos chicos venidos de Paris, uno de los cuales está redactando una Tesis Doctoral sobre Voltaire, otro toca la guitarra y el tercero -una chica- se acuesta con los dos.
Infame donde las haya. No hay de dónde tirar.
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