Última película de Eloy, un verdadero grande del cine español. Un director creativo, comprometido, fantasioso, irreverente, sucio, feo, contradictorio, guapo, alto, bajo, suyo...!!!
Al parecer la rodó después de la Estanquera de Vallecas (1987) tras recuperarse de su adicción a la heroína, y superar la muerte de Manzano, amante suyo, actor fetiche, musa por momentos y actor poco dotado, nada polifacético, sí muy encasillado y nada sutil en sus manifestaciones artísticas. Aunque en la última cinta sí se le apreciaba una vena cómica que no pudo, o quizá no supo, explotar.
Eloy en esta película había perdido totalmente su gracia, su crédito, su arte, su garbo, su creatividad. No es que no sea una gran película, es que es mala. No puede decirse de otra manera. Explora un terreno en el que ya había transitado, pero ahora sin gracia. Lo que antes era transgresor, ahora es estereotipo, argumento manido...
Puede leerse como una alegoría de su historia de amor con Manzano.
No es una buena película. Mala despedida para De la Iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario