Me ha gustado mucho. Tiene ese punto artesanal que gusta uanto en la película inglesas. Parece una edición cuidada por un productor británico.. Los encuadres y los planos son ortodoxos, sencillos y naturales, nada artificiosos.
Los actores parece muy compenetrados. Sobre todo Klaus Kinski y su desquicie mental, al borde del consumo de drogas tóxicas automáticas y la revelación social con armas de destrucción masiva. El un actor que ya de por sí provoca miedo, aversión, asco. Para estos papeles de demente peligroso, enfermo mental y asesino psicópata funciona a la perfección. Su caracterización está muy lograda, con el tono de piel blanquecina, las uñas afiladas, los ojos inyectados en sangre, las orejas y los dientes desmedidamente desproporcionados. Encorvado, flaco, espigado, apestoso, con la lengua fuera. Verdaderamente brillante.
Le acompaña un jovencísimo Bruno Ganz que está espléndido. Sobrio, sereno, apocado y algo frio. Pero con el transcurso de la película va cogiendo temperatura, calor, razón de ser.
. La chica es Isabelle Adjani, que parece tan frágil y delicada que tiende a considerarse de carácter enfermizo.
Supongo que la cinta está a medio camino entre el homenaje a Mornau por parte del director, la admiración por su técnica y el impacto monstruoso que causó en la cultura europea en general y alemana en particular tanto la novela como la película original.
Me han gustado mucho las escenas a campo abierto y la música (compuesta por un grupo musical llamado Popol Vuh), moderna pero muy bien ensamblada en la dinámica del miedo que pretende la película. Utiliza los sonidos habituales (aullidos, viento, estridencias, etc.) para provocar la sensación de incertidumbre, desasosiego, maldad. Muy lograda.
Recuero bien la original, lo larga que era y cómo pasa en un suspiro. Pero esta cinta no le va a la zaga, tiene recorrido y se expresa muy bien. Me parece que el remake es tan buena película como su original.
Me ha parecido una película verdaderamente brillante.
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