lunes, 2 de septiembre de 2024

§ 3.485. Becket (Peter Glenville, 1964)

La tengo en el archivo de cintas por ver desde hace muchos años, no menos de diez. Su metraje desmesurado, dos horas y media, aconsejaban buscar el día perfecto para ello. Un día normal no es el idóneo para ello, amén de que la temática algo espesa y poco dada a frivolidades no aconseja tomarse la cinta a broma.
Debo haber elegido muy bien el día porque la película me ha encantado. Dos actores en estado de gracia, una temática inglesa que sólo un inglés es capaz de comprender en su integridad, y unos recursos estupendos concluyen una obra verdaderamente magnífica. Es estupenda, en su planteamiento, en su desarrollo, en su conclusión. Un trabajo de guión muy logrado -y no es nada fácil- trasmite la idea que sustenta la trama de forma muy fidedigna. El duelo interpretativo entre O`Toole y Barton es prodigioso. Dos personalidades muy diferentes que entienden la política, la vida, las lealtades y los afectos de forma bien diferentes. No sé si hay alguna anécdota del rodaje de esta película, pero me hubiera encantado estar presente mientras estos dos grandes bebedores trasegaban un par de botellas de whisky. Ambos tenían fama de ser unos borrachos excelsos, inagotables, oceánicos. Probablemente de los mejores de la historia del cine.
La historia camina con suavidad, se encamina hacia un desenlace previsible e inevitable.
Primera película que veo del director. Me ha gustado mucho. A la altura de las mejores de este peculiar género a medio camino entre la historia, la ficción, el relato y la leyenda.

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