Una más de Brass. Sin más. Erotismo, sensualidad, una chica guapa, un enredo de cuernos y aventuras sexuales y el interés por saber qué ocurre al final. Completamente prescindible y muy para los fan del género, que no serán pocos.
Tiene ese punto de comedia ligera, algo ridícula, con escenas un punto grotescas a las que se le sazona con alguna escena erótica o de desnudo que, visto desde ahora, resulta naif, casi infantil...
La chica, Miranda, es Serena Grandi, una mujer verdaderamente guapa. Voluptuosa, de peso y volumen, una mujer que si la vieran y no la conocieras dirías que es italiana. Con solo verla.
No creo haberla visto en ninguna película. El chico 'principal' es Andrea Occhipinti.
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