Seguimos con Reisz, que me parece un director muy interesante.
Un drama con el juego como telón de fondo, con un gran James Caan, Paul Sorvino, Lauren Hutton y Burt Young. También interviene James Wood y Carmine Caridi. Me he reconciliado con Caan, que siempre me ha parecido un actor limitado y algo amanerado, el que siempre se presenta jugando el mismo papel, el suyo propio. Parece ser que en esa época el actor estaba luchando con su adicción a la cocaína, por lo que probablemente pudo proyectar en el personajes sus propias emociones y vivencias, miedos, angustias y escapes de la realidad.
El guión es de James Toback, director y guionista, que proyecta en el guión sus propias experiencias autobiográficas. También fue un jugador con serios problemas y un profesor de literatura.
El drama está bien trazado, bien tirado. Entretiene pero no te deja el poso melodramático de obras mayores, de películas con mayor profundidad emocional y afectiva.
La brutalidad está mostrada con naturalidad y los personajes representan estereotipos muy reconocibles. Aunque alguno de los personajes parecen más amables de lo que realmente serían en el realidad. Hombres más duros y brutales, con total seguridad.
Buena película, bien rodada, bien interpretada y bien producida. Una muy buena película.
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