sábado, 9 de diciembre de 2023

§ 3.209. Adam resucitado (Paul Schrader, 2008)

 

Empieza bastante inquietante, no sabes de qué va, ni para qué se camina, ni qué ocurre. procede de una novela de Yoram Kaniuk quionizada por Noah Stollman, señores que no conozco y no me suenan de nada.
No sé muy bien si tiene algo de verdad el trasfondo de lo que plantea. Si verdaderamente sucedieron sí las cosas o es pura imaginación.
Cuando empiezas a comprender de qué va la cosa dudas de si la locura del protagonista se debe al deterioro que sufre tras años de malos tratos, abusos y miedo, o si es un viaje autoinducido para poder conllevar estos años tan salvajes y duros con la mayor dignidad.
Jeff Goldblum, Willem Dafoe y Derek Jacobi son los protagonistas principales.
Seguramente guste mucho a los judíos sionistas, que entenderán con facilidad los requiebros, las bromas, las chanzas y los dobles sentidos de las bromas y los juegos de palabras. Pero para un profano en la materia se hace difícil seguir el sentido profundo de lo que quiere expresar. Además la mezcla de las vivencias actuales en el hospital psiquiátrico con las imágenes retrospectivas dificulta sobremanera el sentido de lo pretendido.
Tiene momentos interesante, pero se le pierde un poco el sentido ante tanto alarde de referencias psiquiátricas, míticas, mitológicas, judías, oníricas, etc. Por si no fuera suficiente complejidad, el hecho de que el protagonista se comporte como un perro y que anticipe las heridas y lesiones de otros pacientes, oscurece todavía más la película, haciéndola difícil de seguir.
Se transita de un escenario actual al pasado de forma tan vertiginosa que a veces carece de sentido.
La relación con la enfermera también me provoca zozobra, no sabes realmente a qué juegan, si es erotismo sin más, placer sexual, dominación sádica o necesidad individual de conectar con otros seres humanos.
Al igual que hay películas de nazis en las que rápidamente te metes en el horror, en esta te cuesta bastante penetran en el asunto, básicamente porque no sabes qué horror es peor, si el campo nazi y las vejaciones que soportó allí o los acontecimientos que vive en el hospital psiquiátrico con el niño amarrado como un perro.
Los colores también juegan un papel singular, especialmente el blanco, generalmente muy sucio, en el hospital.
Me ha gustado, pero no es de lo mejor de Schrader, ni mucho menos. Experimenta en esta cinta la locura y ensaya las formas de superación del horror.

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