martes, 19 de diciembre de 2023

§ 3.224. Coronel Redl (István Szabó, 1985).

 

Otra obra monumental de Szabó, desmesurada en su metraje, como todas las que he visto del director, con un fondo biográfico y cultural inmenso, narrada con pulso y determinación, nada propensa al infantilismo y a la sensiblería. También, como Mephisto, desarrolla de manera personal una novela clásica de la cultura centroeuropea para matizarla y aportar su punto de vista. 
La historia del Coronel Redl es cierta, totalmente cierta, pero tal y como la desarrolla en la película queda tan matizada que es irreconocible. Sobre todo porque en la película se incide mucho en la homosexualidad del personaje, aunque en la vida real se trataba de un espía de alta política que vendió secretos militares a los rusos por dinero, por mucho dinero.
La película es de una estética majestuosa, de una clase singular y de una sensibilidad interesante, seca y dura, pero impecable en sus atributos y su estética.
Klaus María Brandauer es un actor de una pieza, un auténtico señor del cine, con una presencia imperial al que le van muy bien estos papeles de hombre duro, algo insensibles y de moral y sexualidad dudosa. Algo más contenido que en Mephisto, pero igualmente intenso, exagerado y descocado. A mi juicio le falta algo de brutalidad para prosperar en su intensidad dramática, si hubiera tenido un pudo sádico habría sido más creíble. En esos ambientes tan rústicos, marciales y propensos a violencia no es creíble que su homosexualidad se basase en su feminidad. Debería haberse sustentado en la brutalidad, en ese punto salvaje de matón sometido a la disciplina militar. Uno de tantos frustrados que prospero haciendo de su capricho su forma de vida.
Tampoco parece que fuese un hombre que destacase por su sutil inteligencia. Parece rudo, impulsivo y primario. Hablador y bebedor, sin ser propenso a la brabuconería, no escatimaba el enfrentamiento con compañeros o incluso amigos si fuese necesario.
En ese ambiente consiguió prosperar, probablemente porque el ambiente, las circunstancias, y el momento propiciaba un hombre de esas características. Taimado, egocéntrico, jugador, amante bilingüe y ambicioso y codicioso.
La película tiene, al menos para mi, menos intensidad dramática que Mephisto, pero tiene más desarrollo cultural, social e incluso político. Frente a aquella que era gobernada desde los extremos ideológicos, enarbolando una asociación directa entre el poder nazi y el mal, aquí estamos en presencia del dominio de las pasiones humanas y sus contradicciones. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

§ 3.390. Sacco y Vanzetti (Guiliano Montaldo, 1971)

  Una muy buena película, con una crítica dura al sistema político americano, su aversión a los sindicatos libres de trabajadores y a todo l...