Otra entrega de la serie mítica. A cargo de un Director desconocido para mi, que hico mucho "cine de la transición". La fórmula es sencilla, se escoge un crimen real y controvertido que se dramatiza con un buen guión, unos actores notables y una puesta en escena brillante. El resultado es magnífico, claro.
No tiene la brillantez de otras entregas, pero se deja ver.
Lo más interesante es ver a Rafael Alonso haciendo de juez y la brillantez de Carmen Maura. Luis Escobar tan gracioso como siempre, tan peculiar.
Muy bien retratada la sociedad de la época, los cafés, las calles, el retiro, las casas. Una gran serie que no tuvo la necesaria continuidad en otras entregas. Once capítulos en las dos temporadas se antoja poco.
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