jueves, 9 de julio de 2020

§ 2.012. ¿Qué fue de Baby Jane? (Robert Aldrich, 1962)

    Es una película fuerte. No para espíritus simples. Es sofisticada y amargante. Es muy dura. Un duelo interpretativo de altura entre dos grandes actrices que, además, no se llevaban nada bien en la realidad, se tenía celos, se pisaban papeles, hablaban mal una de la otra, etc.
    A mi siempre me ha gustado más Joan Crawford que Bette Davis. Pero ambas son excepcionales.
    La locura, la maledicencia, el terror, la maldad, la soledad, el fracaso. La persona es capaz de todo, de lo mejor y de lo peor. Un terror psicológico, nada de gore, nada de sustos, nada de monstruos, nada de eso. Todo está en la cabeza y en la maldad de las personas. La disección de la personalidad de las dos hermanas es perfecta. Una celosa (Jane) compulsiva que esconde sus penares y sus penurias amargándole la vida, y la comida, a su hermana (Blanche), que fue una estrella del cine de los años treinta. Jane fue una estrella infantil que brillaba con luz propia mientras que Blanche escondía su remordimiento por no ser ella la protagonistas de las atracciones infantiles que les preparaban sus padres. Las tornas cambiaron, la estrella de Jane se apagó, mientras que Blanche comenzó a brillar. Hasta que Jane atropelló a Blanche a la puerta de la casa en la que conviven solas y sin nadie. 
     Victor Buono es el pianista que pretende triunfar con Jane en su vuelta al teatro de variedades. Tiene algo de "El crepúsculo de los Dioses", de Wilder, aunque este personaje es más delirante, más enloquecido. Aquel era más cerebral, mucho más peligrosa, aunque menos violenta que ésta, que sí es capaz de todo en un arrebato de locura, pero no infunde tanto terror profundo.
    Los celos infantiles llevados hasta la locura en la madurez. La construcción de la personalidad desde postulados poco firmes, con flexibilidades morales y éticas lleva a madureces traumáticas, distorsionadas. Mi patria es mi infancia, suelde decirse, y es verdad. Aunque no es es propósito del director, las infancias de los niños estrella, en cualqueir género, llevan a vidas problemáticas.
    Aldrich es un gran director, con obra estupendas y señeras. Grandes éxitos comerciales y de crítica, ambas cosas. Un grande, definitivamente un grande.

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