miércoles, 24 de junio de 2020

§ 1.976. El rostro (Ingmar Bergman, 1958)

    Entre el Séptimo Sello (1957) y El manantial de la doncella (1959) filmó esta película, entre enigmática y aterradora.
    Cómicos, buhoneras, magos, alcaldes, policías. Un carromato de una compañía circense llega a una ciudad. A la cabeza un mudo que, según dicen, es capaz de hacer experimentos con las personas provocando alucinaciones, magnetismos, cuartos oscuros...
    Pócimas de amor, erotismo y sexo en el siglo XIX en la Dinamarca rural. El sexo como demonio interior, como dominio personal del que el sujeto es incapaz de liberarse, sujetándose a sus dominios.
    Como todas sus películas tiene algo de mágico, de oscuro, de dejar volar la imaginación, de sueños y miedos. Incluso de una cierta espiritualidad.    

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