"Un lugar en el sol" (George Stevens, 1951) me pareció algo almibarada, amanerada, dolorosa. Muy bien rodada, con dos actores en el cenit de su carrera, en su mejor momento, es en el que comienzan a despegar y todo es posible. Pero no llegó a impactarme del todo. Más que nada porque el melodrama no es mi género.
Era, ya se sabe, un remake de esta. Sobre la misma novela y con un argumento sin apenas variaciones (al menos yo no los he percibido).
Tiene algo de acartonado, pero los actores son magníficos: Sylvia Sidney, con su cara de no haber roto un plato, entre niña y dulce. La he visto en varias cosas de Lang, de Hathaway, de Hitchcock. Esa mirada caía de los ojos, con la frente amplia y limpia.
El actor principal es Phillips Holmes un actor al que he visto menos. Sólo en "El código criminal" (Howard Hawks, 1930), que no recuerdo demasiado. La trama ligeramente, y a él poco.
Frances Dee es la chica enamoradiza. Tampoco la he visto mucho. Alguna cosa de Cromwell, alguna otra de Hathaway. Poca cosa. También interviene Irvin Pichel, más conocido por mi en su rol de director.
Es un poco acartonada, no tanto en las actuaciones, sino en la composición, en los planos, en el pase de plano a plano. Se nota que es una película antigua. Aun así es espléndida. entretiene y es agradable de ver, aunque sabes que el drama está servido, que necesariamente tiene que salir mal. Que el crimen, sobre todo si es pasional, no puede devengar réditos.
Me han gustado mucho los contraluces que maneja en los momentos dramáticos, escondiendo los ojos, las manos, los objetos, con la intención de dramatizar la escena, el argumento, el contexto.
Quizá los humanos se ven compelidos a hacer cosas que no quieren hacer. Pero el salto emocional y criminal en comentar un homicidio no se justifica por nada. Es un salto moral que el ser humano no tiene previsto socializar.
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