Cine histórico polaco. Tremendamente trabajado, muy logrado en su ambientación, lo que se llama diseño de producción, con detalles muy cuidados, unos diálogos trabajadísimos y una música épica muy apropiada.
Una especie de "Romeo y Julieta" polaco. Dos familias, dos visiones de la sociedad y de la política, prorusa y propolaca. Dependiente o autónoma.
Cine delicado, sereno, con ese punto teatral que tanto gusta a los buenos aficionados.
El color es magnífico, y el uso de algunos planos y movimientos de cámara son muy bonitos. El reflejo constante de la cámara en el agua, los decorados naturales sobrecargados de naturaleza, verdosa y boscosa, salvaje e incluso peligrosa.
El jardín como elemento central de la casa, con su colores, sus olores, sus formas y su espacio.
Los actores funcionan de manera algo teatral , con movimientos algo estereotipados, y emociones impostadas, pero dan con el tono de la cinta.
No es, aunque la carátula bien pudiera infundir a engaño, una película de guerra clásica del XVIII, sino la historia del enfrentamiento de dos familias, con sus tristezas, sus celos, sus pasiones, sus deseos, sus pretensiones, sus realidades.