Con las bélicas de Fuller hay que tener cuidado, porque no sabes si estás viendo una cinta bélica o antibelicista. Aunque hay que recordar su entradilla: "Esta película está dedicada a Francia". Es toda una declaración de intenciones.
Qué guapísima está Angie Dickinson, una mujer guapa, sentida y sumamente sexy en uno de sus primeros papeles principales. Luego vendrían mucho otros, claro. Acompañan a la estrella recién encumbrada: Gene Barry, que no me suena especialmente, Nat 'King' Cole, en esas películas en las que se participa porque se es ya una estrella y emprende una carrera fácil en otro medio, seguramente desde la facilidad que supone ser bien aceptado desde el principio y sin cortapisas. Pero lo hace muy bien, su papel es impactante y recordable. No pasa desapercibido.
También actúa un tal Lee Van Cleef, que probablemente empezaba a destilar por sus venas algo más que Whisky y Bourbon.
La vi hace muchos años. Pero no la recordaba bien. En realidad no la recordaba en absoluto.
Fuller es un director sólido. Un grande, aunque quizá no del todo reconocido por el gran público. Tengo la idea de que en los últimos años, como ha ocurrido con otros grandes directores, su personalidad y sus películas está en revival, de vuelta, reivindicándose.
No recordaba el racismo latente que destila toda la cinta. Además, se mire como se mire es una cinta abiertamente anticomunista.
El conjunto me ha parecido interesante.
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