La versión original con la que debutó para el estrellato internacional la sueca Ingrid Bergman. Había hecho varias películas anteriores, pero ésta se considera su primera gran obra.
La versión de Gregory Ratoff es de dos años posterior y, en general, me gustó más. El color hace mucho. Esta versión es más sobria, menos emotiva, más intimista, narrando un amor más sereno, menos apasionado, más pausado, más intelectual.
No he visto nada de Molander, que pasa por ser uno de los mejores directores suecos de todos los tiempos.
La película se deja ver, no tiene, a mi modo de ver, la gracias del remake, que es más fresco y dinámico. Esta versión es más oscura, menos agradecida, menos virtuosa. Tiene la virtud de explorar la historia por primera vez, con guión del propio director con Gösta Stevens. Sin embargo para la versión posterior se construye otro guión. Algunas cosas son diferentes, aunque la historia, esencialmente, es idéntica.
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