viernes, 6 de mayo de 2022

§ 2.684. Tetro (Francis Ford Coppola, 2009)

 

Los mejores años de Coppola habían pasado ya cuando rodó esta película, una de sus últimas cintas.
Constituye una rareza, se mire como se mire. No tanto por la temática, que puede ser más o menos convencional, pero sí por la estética y el planteamiento. Para empezar en blanco y negro en pleno siglo XXI, aunque para los sueños retrospectivos emplea el color, para continuar en la gestión de actores, un reparto muy internacional, con pocos actores de los propios, de los conocidos, para finalizar en la forma de desenlazar las cuestiones que plantea. Tengo a Coppola por un director clásico, un señor que cuenta historias de manera lineal y sin innovaciones estilísticas, y en esta no parece que ese sea el propósito. 
Me ha gustado mucho Vincent Gallo, es expresivo y le van muy bien los papeles torturados, con interiores oscuros. Quizá no sirviera para papeles clásicos, de aventuras o del oeste, mucho menos para comedias, pero en un cine más moderno, con temáticas más complejas funciona perfectamente. La última que vi suya, Buffalo 66 también hacía de hombre torturado con tensiones interiores ingobernables.
Bien Maribel Verdú, no es un prodigio de actriz pero funciona, es resultona y no hunde la cinta. Tampoco la levanta. Quiero decir que no consigue una interpretación memorable ni tampoco una muy mala. Cumple. Sin más. 
Alden Ehrenreich es el hermano pequeño de Tetro, actor desconocido para mi pero que desarrolla bien su talento el poco espacio que le queda para actuar.
Klaus Maria Brandauer está tremendamente gordo. No sé qué pinta en esta obra, pero en fin. Supongo que es trabajo y que le pagaron por ello. Carmen Maura, pues también cumple. También sin más. En un cierto papel de diva, muy de sus años, de su estatus de gran dama del cine, que lo es.
En algunos momentos mantiene una teatralidad muy del Bergman de Noche de Circo: teatro, máscaras, glan, revista, transgresión, dobles sentidos, transformismo. Estáticamente es cambiante y algo errática, no tiene un camino trazado por el que discurrir. Parece una colección de recortes, un collage. 
La historia va caminando pero no sabes a dónde. El análisis Freudiano no da para más. Es un rollo que por más que lo enrolles y desenrolles no da para más. Lo del autor torturado por cosas que pasaron en el pasado y que se reproducen veinte o treinta años después me cansa como principio. Además de no ser verdad y servir de excusa para ocultar muchas cosas, algunas ciertas y otras no tanto, en el cine está más que tratado, más que desarrollado. No tanto por lo del accidente de coche con la madre, que sí es cierto que puede llegar a ser traumático y marcar una vida, sino por la relación con el padre, oscura y barroca pero nada traumática, más allá de la falta de presencia y afecto. Circunstancias que le ocurren a millones de niños que no desarrollan traumas irrecuperables para el resto de la vida ni desgarros interiores que inhabilitan para desarrollar una vida normal y corriente.

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