miércoles, 4 de mayo de 2022

§ 2.680. Los descendientes (Alexander Payne, 2011)

 
Reconciliación con su pareja y sus hijos, pero, sobre todo, consigo mismo. La vida es un viaje en el siempre caminas con un mismo compañero, tú mismo, y lo esencial de la vida es aprender a conocerte. En todas las situaciones, también en las más extremas e insospechadas. Nadie está preparado al ciento por ciento para enfrentarse con el fallecimiento de un ser querido tan joven. Y mucho menos para el fallecimiento de tu ex-mujer, que se ha encargado de la crianza de tus hijos cuándo tu estás ausente en toda su juventud (por diferentes razones -negocios, pero, sobre todo, desamor-) y para ti son prácticamente desconocidos.
Por mucho premio que le hayan dado a Clooney por esta película no consigue darle el todo dramático en ningún momento. No se acerca a los registros necesarios para la evolución y el cambio que pretende el personaje a lo largo de la cinta. Es, claramente, un actor de comedias, de situaciones, de cintas de guerra quizá, pero no para un drama de este tipo, necesariamente recogido e intimista.
Tampoco da el tono en la infidelidad. No es su papel. La cinta es entretenida, tiene su gracias y se puede ver. Funciona como una comedia de situación. Se suceden acontecimientos, pero le falta un cierto hilo conductor.
Es cierto que a medida que avanza se va enderezando. A medida que avanza va transitando del drama a la comedia y eso hace que gane enteros.

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