Una película estupenda, estupenda de verdad. Crítica, mordaz, dura, y que pone a caldo a las empresas de opinión, de esas que hacen encuestas para los políticos.
Es un claro antecedentes, además, de Manchuria Proyect, un clásico del género: The Manchurian Candidate, de John Frankenheimer de 1962. Y con uno de mis actores favoritos, Dana Andrews.
Es rápida, directa, muy inteligente y profunda. Pone en juego todo el valor de las empresas de opinión y abiertamente critica sus métodos de funcionamiento, sobre todo cuando se ponen al servicios de intereses políticos. En aquella época algo oscuros; tiempos de amenaza comunista, guerra fría y terror rojo.
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