
Perteneciente a las cintas de propaganda, con mayor o menor holgura, es una de las primeras citas de Zinnemann, si descontamos algún corto y Hombres de Domingo (1930), que es una obra colar entre tres directores grandes: Robert Siodmak, Edgar G. Ulmer, Curt Siodmak, con guión de Billy Wilder.
Los actores están estupendos, Van Heflin como el químico investigador, Marsha Hunt como la resultona asistenta enamoradiza, y Lee Bowman como el malo malísimo que quiere heredar el sitial del hombre que le encumbró. Ava Gardner tiene un papelito como esposa de uno de los acusados, el tendero de una heladería, o sitio similar.
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