miércoles, 6 de febrero de 2019

§ 1.547. Macabro (William Castle, 1958)


Cine de terror con estilo, con algo de clase, con desarrollo. No se trata del gore habitual y tan prolífico, es algo más sutil, más fino, distinto.
El guión es un poco confuso, con elipsis que dificultan el mensaje, de adelante a atrás para explicar cosas que necesitas saber cuando vuelves al tiempo presente... Difícil.  La angustia que atormenta al doctor por su sentimiento de culpa se mezcla con el propio destino que parecía elegir para él el futuro.
Bien rodada, con ritmo intrépido, con angustia por averiguar qué pasa y cuál es el resultado, pero el resultado no es brillante. Se deja ver y tienes una cierta idea de lo que va a ocurrir, pero no araña la mente, no te provoca especial desasosiego o temor. Un cine de miedo B.
El director es un maestro en este tipo de películas, pero me gustan más las de Mark Robson, director que también empezó en el terror de la serie B pero que evolucionó mejor que Castle: El barco fantasma (1943), La séptima víctima (1943), La isla de los muertos (1945), y Bedlam, hospital psiquiátrico (1946), y sus dos mejores cintas: El albergue de la sexta felicidad (1958), y, sobre todo, El premio (1963), auténtica obra notable del cine.

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