Es la tercera, quizá cuarta, vez que la veo. Y me sigue pareciendo una película magnífica. Innovadora, procaz, algo sucia, con un relato incluso político o electoral.
No ha ni una escena gore, todo es tan cual, real y aterrador. Todo el clásico de la Cifi. Me ha encantado. Es mejor que el Remake, de Kaufman, que la vi primero y también me parece una cinta estupenda.
No se explica cuál es la razón de las vainas, ni por qué aparecen, ni qué ocurre con el huésped original, ni cuál es la intención de su formación... Y eso es lo aterrador.
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