miércoles, 8 de junio de 2022

§ 2.723. América, América (Elia Kazan, 1963)

 
Retrato autobiográfico del propio Kazan, nacido turco, con sangre griega, emigrado a América y lleno de contradicciones, como probablemente le ocurre a todos los grandes creadores, y de tensiones interiores. Siempre me han gustado mucho sus películas, algunas verdaderas obras maestras del cine, especialmente la trilogía compuesta por: Un tranvía llamado deseo (1951), Viva Zapata (1952) y La ley del silencio (1954), tres verdaderas cumbres del cine, cada una por un motivo.
Los actores son desconocidos, al parecer empleó como guión su propia obra literaria, y pretende ser una explicación a su propia condición de emigrante.
Es una película larga, demasiado, y sin demasiadas concesiones a la taquilla o al cine comercial. 160 minutos son demasiados, sobre todo para este tipo de cine, semi experimental. Se hace larga.
Que sea en blanco y negro, con actores no profesionales, con planos largos y con un sentido abandono de la espectacularidad la alejan naturalmente del cine comercial. Es, probablemente, su película más dura de ver, también, supongo, la que más le costó rodar. No hay ni una sola concesión, todo es como quiso el director que fuese, dura, seca, real y muy amarga.
Me ha gustado por momentos, pero en términos generales, considerándola una gran película, me ha defraudado un poco. Últimamente me sobra metraje en todas las películas que veo, pero en esta es una auténtica evidencia.

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