domingo, 2 de junio de 2019

§ 1.648. Diario de un loco (Reginald Le Borg, 1963)

Directora para mi desconocido, Reginald Le Borg. De origen austríaco y emigrado a EE.UU. hizo unas sesenta películas entre los cuarenta, cincuenta y sesenta. Generalmente películas de Serie B, de miedo, misterio y ocultismo. Esas en las Roger Corman era el rey del mundo adaptando relatos de Poe y de otros escritores americanos del XIX de los que podríamos denominar góticos, de cuentos de misterio o terror. Siempre un terror psicológicos, personal, intimo. No tanto el tipo de terror de las películas de Mark Robson, Robert Wise, Richard Fleischer, William Castle, o Jacques Tournier. Estos sitúan el centro del terror en algo externo, mientras que Corman y Le Borg lo hacen desde el interior. El monstruo está en nosotros, somos nosotros. Por eso son películas inquietantes, que no pasan de moda y que reflejan los peligros de la mente.
Pocos actores, con un guión claro y limpio que camina hacia adelante sin sobresaltos, con un propósito lineal y definido.
Un magistrado ha muerto y ha dejado un diario, en donde explica cómo un condenado a muerte por haber matado a cuatro personas se entrevista con el juez para comunicarle que no ha apelado la sentencias porque quiere morir. Una fuerza maligna se ha apoderado del condenado y le obliga a matar a gente. En la entrevista le ataca y en legítima defensa el magistrado mata al condenado. Pero el mal que tenía atrapado al condenado a muerte se ha apoderado de su voluntad, de su mente, de él. Le obliga a hacer cosas contra su voluntad, matar... Y empieza por el joven canario.
Va al médico y le dicen que descanse, que retome ocios de siempre. Él de joven esculpía, y en la calle, en una galería de arte conoce a una mujer que va a posar para él como modelo.
Como siempre Vincent Price borda su papel. Hizo más de ciento veinte películas, muchas en su papel clásico de hombre torturado que se enfrenta a sus propios demonios interiores. Lo hace magnífico. Da entereza al personaje, empaque, solvencia. Es creíble, con esa mirada tan dura, con esas facciones pétreas y firmes, con ese garbo al andar, ese porte de otra época.
La actriz femenina es Nancy Kovack. Chica guapa de verdad, increíblemente guapa. Casada con un director de música indio Subi Metha, ganaba de joven varios premios de belleza. Hizo unas cuentas películas (12 según Filaffinity) y cuando contrajo matrimonio redujo considerablemente su participación en el cine.
La película se deja ver, es interesante, colorida y, como tantas veces digo, con un metraje limitado. Es claro que son películas de ver y archivar, no para verlas varias veces, porque, además, casi todas son parecidas entre sí.

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